Mi historia

Me crié en una familia que sin ser de clase elevada no tuvo problema para ofrecerme todo lo que necesité. Eran una familia aparentemente normal, pero... ¿qué es normal?

Cuando te acercas un poco más puedes ver cómo en cada familia siempre hay algo que sanar. Y en la mía eso también era así, por supuesto.

A pesar de que los padres lo hacen lo mejor que saben y que pueden en ese momento, eso no quita la posibilidad de que surjan en nosotras inseguridades y heridas que se conforman en patrones de comportamiento inconscientes que nos dificulta la vida y añade sufrimiento que muchas veces es opcional.

En mi caso, viví una pérdida a muy temprana edad y no me supieron acompañar. Eso se tradujo en mi experiencia vital en que me fui volviendo cada vez más introvertida, insegura y triste. Sentía que mis compañeritos en la escuela eran muy diferentes a mí, y, probablemente fuera así, pero había algo que yo arrastraba, que había guardado en mi inconsciente, que me hacía sentir desconectada de los demás.

De esto me di cuenta mucho más mayor, cuando empecé mi propio proceso personal.

Empecé a cambiar gracias a que la vida puso en mi camino a un buen profesor quien nos introdujo en el teatro en el aula. Y, aunque él no lo hiciera con esa intención, eso fue completamente arteterapéutico para todos nosotros. Ahí se encendió algo en mí, yo tenía 11 años.

A los 16 años tuve mi primer contacto con la Arteterapia, fue en un curso dirigido a jóvenes. Allí empecé a explorar partes de mí que nunca me había cuestionado, empecé a conocerme más allá de los ambientes que siempre había frecuentado, como la escuela o algunas clases extraescolares. Estos cursos estaban diseñados para que nosotros nos conociéramos en un ambiente seguro, una especie de laboratorio emocional.

A los 19 años decidí empezar terapia. En esa época aún el ir a terapia estaba muy asociado al estigma de que "si alguien va a terapia, es que está mal de la cabeza". Si alguien iba a terapia, lo llevaba muy en secreto porque se tendía a comentar que se podía tratar de alguien incluso peligroso para los demás. Afortunadamente, ahora hay más personas que piensan que quien va a terapia es quien quiere sanar, quien quiere vivir con más plenitud, porque problemas tenemos todos. Ahí me di cuenta de que quien va a terapia, es un/a valiente, pues decide dejar de buscar excusas a su situación o a sus problemas y empieza a tomar responsabilidad.

A los 21 años empiezo la formación en Arteterapia Gestalt y eso supone un antes y un después en mi vida. Empiezo a darme cuenta de cuántos de mis conflictos de vida eran creados desde mi propia relación conmigo misma. De cuan mal era capaz de hablarme o tratarme a mí misma. En esa época de mi vida yo podía aparentar e incluso hacerme creer a mí misma que estaba bien, pero por dentro estaba triste, deprimida y amargada. La formación me trajo luz para iluminar mis sombras.

Lo más importante que yo considero que debe tener un buen terapeuta es un profundo trabajo personal de autoconocimiento. Haber sido paciente, haber estado en ese lado de la sala, porque eso hará que desarrolle la empatía necesaria para poder escuchar a su paciente sin juzgar. Y eso sin duda fue para lo que me prepararon en mi formación de Arteterapia.

Arteterapia para mí es despertar a la Artista interna que vive dentro de todas nosotras. Es una forma de conectar con nuestro ser creador que crea desde el goce de experimentar esta vida y dejar huella en ella.

También es conectar con nuestra niña interior, esa que es divertida, que se ríe por cualquier cosa, que ama sin medida ni reservas y que sabe apreciar lo bello de la vida. Pero también es aprender a sentirlo todo, no solo lo que nos parece agradable. Está demostrado que sentir las emociones es el camino más rápido para poder soltarlas, pero nuestro ego ha creado todo un sistema de creencias para que atrevernos a sentirlas nos de mucho miedo, casi que fuera ponernos en peligro.

Si quieres deshacerte de las cadenas que tu ego ha creado para "protegerte", estás invitada a una primera sesión para probar y ver cómo te sientes conmigo y para mí por si creo que soy la profesional más indicada para ti.

Cecilia Ríos Soto, Arteterapeuta Gestalt
Cecilia Ríos Soto, Arteterapeuta Gestalt
white and black abstract painting
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